Noches de verano en Mallorca

Reconocible por una anatomía muy diversa que define lo que es el Mediterráneo, entre pueblos de piedra, la agreste Tramuntana y playas de arena fina y aguas claras, Mallorca tiene ese don inescrutable de convertir cada lugar, por muy recóndito que sea, en una postal. La tierra que una vez entrelazó las crónicas de George Sand con los acordes de Chopin es una caja de parajes sorprendentes, una carta que la hotelería más exclusiva ha sabido jugar a su favor para asentar propuestas que unen bienestar con diseño y artesanía local.

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Direcciones

Son Bunyola: virginlimitededition.com

The Lodge: thelodgemallorca.com

Finca Serena: fincaserenamallorca.com

Ca’n Beneït: fincabeneit.com

La Reserva Rotana: reservarotana.com

Son Atem: marriott.com

Cap Rocat: caprocat.com

Ponent Beach: barcelo.com

Victoria Gran Meliá: melia.com

Four Seasons Resort Mallorca en Formentor: fourseasons.com

 Lugares recónditos, cultura ‘wellness’, diseño y artesanía local toman el pulso a un mapa hotelero más vibrante y lujoso que nunca en la isla balear  

Reconocible por una anatomía muy diversa que define lo que es el Mediterráneo, entre pueblos de piedra, la agreste Tramuntana y playas de arena fina y aguas claras, Mallorca tiene ese don inescrutable de convertir cada lugar, por muy recóndito que sea, en una postal. La tierra que una vez entrelazó las crónicas de George Sand con los acordes de Chopin es una caja de parajes sorprendentes, una carta que la hotelería más exclusiva ha sabido jugar a su favor para asentar propuestas que unen bienestar con diseño y artesanía local.

La primera parada de este mapa hotelero nos lleva al corazón de la isla balear, a una antigua possesió del siglo XIII en la sierra de Tramuntana. En esta finca, cuyo origen se remonta a una alquería árabe, se erige Son Bunyola Hotel & Villas, propiedad del empresario británico Richard Branson y perteneciente a la colección Virgin Limited Edition. Un hospedaje en el que el destino acapara tanto protagonismo como su histórica planta con una gran torre medieval, una antigua almazara que ocupa ahora el restaurante Sa Tafona, en el que despachan recetas ancestrales, o el huerto que abastece de verduras y legumbres de temporada a la cocina con acento mallorquín de la chef Brenda Lisotti. Con vistas privilegiadas a la península de Sa Fora dada, su vasta extensión de más de 300 hectáreas invita a embarcarse en todo tipo de experiencias entre mar y montaña, además de relajarse en el único spa de las islas bajo la tutela de la marca francesa Olivier Claire.

Sin salir de esta reserva natural protegida por la Unesco que conocieron literatos como Agatha Christie o Robert Graves, The Lodge es ese refugio en el que pernoctar en la naturaleza sin escatimar en comodidades. Edificada entre almendros, algarrobos y olivos centenarios, la histórica arquitectura de sus cimientos que preside una gran tafona enaltece el mayor campo de lavanda de todas las Baleares, que desde esta temporada sirve también de escenario para las cenas de los sábados. Música en directo y una puesta de sol que compiten con el aroma malva acompañan a la propuesta de la mallorquina Margalida Moya, chef del restaurante Singular del hotel, basada en cocina de fuego y producto de cercanía. Esa recompensa tan ansiada tras una jornada de caminatas, rutas en bici o caballo, clases de yoga, salidas en kayak o incluso de espeleología diseñadas por el complejo entre montañas y la escarpada costa.

Vista del Son Bunyola Hotel & Villas, en Mallorca.

A unos 30 kilómetros atravesando la isla se encuentra el tesoro escondido de Finca Serena, en la localidad de Montuïri. Perteneciente también a la cadena Único Hotels, que lidera el hotelier barcelonés Pau Guardans, comparte además con The Lodge un interiorismo minimalista inspirado en la propia Mallorca. Ese llamado lujo silencioso que la serie Succession exportó al mundo hace años parece ceñirse a la estética sin elementos superfluos que compuso la interiorista Pilar García-Nieto en este hospedaje solo para adultos.

Un acogedor escondite que prima la privacidad de sus clientes frente a la casa centenaria principal y otras edificaciones repartidas por la finca, con un jardín nutrido de árboles frutales que miran al Pla de Mallorca y sus propios viñedos, además de un premiado espacio de wellness en el que mimar cuerpo y mente.

Ensaimadas del desayuno en el hotel Son Antem.

No muy lejos de los campos de lavanda aguarda otra joya de la Tramuntana, Ca’n Beneït. En pleno valle de Binibona, conocido por sus casas de piedra, este alojamiento de tan solo 10 habitaciones ocupa los antiguos establos y talleres de la parcela, donde el silencio solo se rompe con el susurro del viento o el repique de las campanas. Hace siglos, cuando sus piedras centenarias ya ocupaban otra almazara en la que aún se elabora aceite de oliva virgen, sirvió de hogar para viajeros errantes. Ahora, en forma de suites y una villa privada con piscina independiente, consigue captar esa calma mallorquina que tanto se anhela al llegar a la isla, ya sea con rituales relajantes en su spa, catas de vino, paseos por el jardín perfumado de plantas aromáticas o su carta de temporada en el restaurante Mirabona.

Los lugareños protegen el sureste de Mallorca como un preciado secreto, aún desconocido por el turismo masificado. La Reserva Rotana, construido sobre otra finca histórica del siglo XVII, es uno de los reclamos de la llamada Toscana mallorquina. Aquí los atascos interminables dan paso a una morada con el encanto local de la piedra seca y las vigas de madera. Fundada en 1997 por Juan Ramón Theler y su esposa, la princesa Loretta zu Sayn-Wittgenstein, funcionó durante décadas como un refugio de la jet set europea. Este 2025 vuelve a brillar con el mismo esplendor bajo un proyecto de interiorismo que combina la comodidad de un hotel de 5 estrellas con una estimulante agenda, para que sus huéspedes disfruten de su retiro sin salir del complejo. Además de los dos restaurantes con sabor local que regenta Christian Denz, chef alemán con más de 25 años de experiencia, ofrece actividades para toda la familia entre su campo de golf, pistas de tenis, los viñedos que le confieren ese carácter toscano y un centro de bienestar; un lugar también para disfrutar de un pícnic improvisado o de los animales que habitan en libertad, como burros, cabras o tortugas.

Una de las 'suites' de The Lodge, en Mallorca.

Rumbo al sur, los entusiastas del golf podrán resarcirse en Hacienda Son Antem, situado en Llucmajor, el municipio más grande de Mallorca. Perteneciente a la cadena ACHM de Marriott, cuenta también con dos campos dedicados a este deporte, pistas de tenis, vóley-playa y zona de wellness con aguas termales.

Ya en la costa, dentro de la emblemática fortaleza Cap Rocat que vigilaba la bahía de Palma, el hotel del mismo nombre es un referente del interiorismo mallorquín. Proyectado por el estudio local Antonio Obrador, que preservó la singularidad arquitectónica del complejo, su imponente entrada se mimetiza con el entorno natural que lo sustenta. Un puente entre historia y modernidad galardonado por los premios Europa Nostra, que alberga un spa a 12 metros de profundidad que ilumina los rayos de sol a través de su cristalera.

En la línea costera hacia el parque natural de Mondragó, cerca del yacimiento arqueológico de Closos de Can Gaià, el diseño de autor es también la gran baza del hotel Ponent Beach, perteneciente a la cadena Barceló. Este tranquilo y funcional alojamiento a pie de playa, con acceso exclusivo a la cala Ferrera, ha sido renovado recientemente por el interiorista Lorenzo Castillo con tres suites inspiradas en el turquesa del mar y los tonos vibrantes que se divisan desde la ventana junto al taller mallorquín Teixits Vicens. El mobiliario y las telas de las estancias son un reflejo de la artesanía local que practica esta empresa familiar desde 1854 bajo la técnica de teñido ikat, además de otros objetos decorativos que transmiten la luz única del Mediterráneo. Un homenaje, revela el propio Castillo, “a Mallorca, a su belleza natural y serenidad”.

Plato de la carta del Hotel Son Bunyola Villas en Mallorca.

A menudo cuesta competir con sus aguas cristalinas y recónditos acantilados, pero la ciudad de Palma se merece siempre una estancia en el periplo balear. El hotel Victoria Gran Meliá (avenida de Joan Miró, 21), pionero en el lujo urbano de la isla desde que abrió sus puertas en los años veinte como Villa Victoria, ha estrenado nuevo rostro esta primavera tras una meticulosa renovación. Lugar de referencia para artistas y personalidades entre las décadas de los años cincuenta y setenta, nació como extensión del Gran Hotel de Palma, que fue testigo de las noches más sofisticadas de esta época y un reflejo del estilo de vida palmesano. El estudio de arquitectura ASAH, que lideran Álvaro Sans y su hija Adriana, ha devuelto el brillo de entonces al edificio bajo un prisma contemporáneo, que incluye el nuevo Victoria Grand Café con desayunos relajados y cenas, además de una renovada terraza en la que socializar al atardecer.

El revuelo final lo pone la cadena Four Seasons, que acaba de completar su ambicioso proyecto en el icónico Formentor a cargo de Estudio Lamela, el mismo que hizo realidad su coloso madrileño. En medio de 40 hectáreas de bosques y exóticos jardines, esta villa privada garantizará la desconexión a sus huéspedes entre suites con piscinas independientes y spots gastronómicos como un chiringuito pop up, una heladería artesanal o el restaurante de estilo nikkei Shima. ¿El escenario de la próxima temporada de The White Lotus? Quién sabe…

Direcciones

Son Bunyola: virginlimitededition.com

The Lodge: thelodgemallorca.com

Finca Serena: fincaserenamallorca.com

Ca’n Beneït: fincabeneit.com

La Reserva Rotana: reservarotana.com

Son Atem: marriott.com

Cap Rocat: caprocat.com

Ponent Beach: barcelo.com

Victoria Gran Meliá: melia.com

Four Seasons Resort Mallorca en Formentor: fourseasons.com

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