Muere Michael Madsen, actor fetiche de Quentin Tarantino

<p><strong>Michael Madsen </strong>ha muerto inesperadamente a los 67 años de edad. El cuerpo sin vida del actor estadounidense fue hallado por agentes de policía en su vivienda en Malibú, en el condado de Los Ángeles, tras recibicir una llamada de los serviciones de Emergencias. El departamento del sheriff ha confirmado que<strong> no se sospecha que se trate de una muerte violenta</strong>. </p>

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 Michael Madsen se hizo muy conocido por sus papeles en las películas de Quentin Tarantino: desde Reservoir Dogs (1992) hasta Érase una vez en Hollywood (2019), pasando por Kill Bill y Los odiosos ocho  

Hay actores a los que les define mejor lo que pudieron haber sido que lo que finalmente, pese a su nada despreciable carrera, llegaron a ser. Michael Madsen no es uno de ellos, es, sin duda, el mejor ejemplo de todos ellos, el paradigma, el patrón oro de los talentos desperdiciados. Encasillado en las rudas maneras Mr. Blonde, el tipo violento y sin escrúpulos de Reservoir dogs, su renuncia a dar vida al protagonista de Pulp fiction (prefirió trabajar en Wyatt Earp, un western deprimente con aspecto de fracaso desde el primer fotograma) marcó su carrera a fuego. Cuentan que Quentin Tarantino se cabreó con él de manera algo más que solo desproporcionada cuando el intérprete renunció al papel que acabaría en manos de John Travolta. Y cuentan, como quedó demostrado más tarde, que el enfado duró hasta Kill Bill, película que les volvió a reunir a la espera del más esperado de todos los proyectos jamás cumplidos: Double V Vega(mejor conocida como Los hermanos Vega), donde se juntaría, ya hechas las paces, Vic y Vincent Vega, es decir, los personajes de Reservoir dogs de Madsen y de Pulp Fiction de Travolta. «Si no hubiera renunciado, los hermanos Vega no existirían. Solo habría un Vega y sería yo», declaró en una entrevista dejando claro el Michael Madsen que pudo ser y no fue.

El martes transcendió la noticia de la muerte a los 67 años del actor. De golpe, se acabaron todos los Madsen, los que fueron y los que no llegaron a ser. El cuerpo sin vida del actor fue hallado por la policía en su vivienda en Malibú, en el condado de Los Ángeles, tras una llamada de los servicios de Emergencias. El departamento del sheriff confirmó que no se sospecha que se trate de una muerte violenta.

«Quizás nací en la época equivocada. Siento nostalgia del tiempo dorado de las películas en blanco y negro. Los actores de entonces transmitían verdad, franqueza. Quizá los guiones resultaran demasiado simples, pero el tipo de antihéroe no se prestaba a equívocos y creo que encajaba mejor con mi forma de ser y actuar», declaró tiempo atrás en The Guardian ante la insistente pregunta por la limitada repercusión de su infatigable carrera repartida por casi 300 títulos con intervenciones minúsculas y olvidables en la mayoría de ellos.

A lo largo de una filmografía repartida por cuatro décadas, Madsen ganó reconocimiento por sus interpretaciones de tipos duros, casi siempre inmisericordes, de apariencia enigmática y con una ligera tendencia a la autoparodia. Entre sus títulos destacados, un nombre sobre sale entre todos como guardián de sus mejores sueños: Quentin Tarantino. Para él trabajo en las dos citadas arriba, más en Los odiosos ocho y Érase una vez en Hollywood.Thelma & Louise, Donnie Brasco (por la que recibió una nominación al Oscar), Liberad a Willy o The Doors son otras de las producciones en las que participó antes de «arrastrarse» (la expresión es suya) por una infinidad de películas de series B en las que, de un modo u otro, daba a vida a personajes muy cerca de Mr. Blonde.

«Escucha, chaval, no te voy a mentir, ¿vale? Me importa un bledo lo que sepas o no sepas, pero te torturaré de todas formas. No para sacarte información. Me hace gracia torturar a un policía. Puedes decir lo que quieras, porque ya lo he oído todo. Solo puedes rezar por una muerte rápida, que no la vas a tener». Estas líneas de guion se le escuchaban decir en Reservoir dogs y, de un modo u otro, le han perseguido en cada uno de sus pasos.

Madsen comenzó su carrera en Chicago de la mano de John Malkovich antes de debutar en la gran pantalla en la película de ciencia ficción Juegos de guerra de 1983. Diez años después, en 1992, llegó a su vida Tarantino. Él quería el papel de Mr. Pink, obsesionado como estaba de trabajar con Harvey Keitel (Mr. White). Se suponía que el personaje que luego fue para Steven Buscemi compartía más escenas con su él. Desde entonces, Madsen empezó a acumular derrotas y así, apdemás de Pulp Fiction, rechazó trabajar en películas como LA Confidential y Natural Born Killers.

Entre los proyectos por venir figuran hasta 18 producciones con su nombre en los créditos. Eso y un libro de poemas titulado Tears for My Father: Outlaw Thoughts and Poems (Lágrimas por mi padre: Pensamientos y poemas de forajidos). En un poemario anterior, el hombre que consideraba poco masculino eso de maquillarse para ser actor, el hombre que decía trabajar únicamente para mantener a la familia después de tres matrimonios, el hombre que se avergonzaba cada vez que su cara aparecía en una de las películas que odiaba haber hecho, el hombre que podría haber sido y no fue escribe: «Estoy perdido. Solo. Y con ganas de suicidarme. Aunque no es probable que actúe en consecuencia./Soy una especie de bicho raro. Admirado por otros bichos raros porque interpreto a bichos raros».

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