En 2022, Lorde (Takapuna, Nueva Zelanda, 28 años) salió de gira para promocionar su álbum Solar Power y, gracias a los tratamientos de psicoterapia con MDMA y psilocibina, lo hizo con una sensación renovada de control: había superado el miedo escénico que padecía desde niña, lo que le permitió forjar nuevas conexiones con su música y sus fans. Frente al público, ella dominaba cada aspecto de sus actuaciones, pero, en privado, la artista, cuyo verdadero nombre es Ella Marija Lani Yelich-O’Connor, luchaba contra un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Se privaba de comida, contaba las calorías, controlaba su consumo de proteínas y se obsesionaba con su figura. Porque, su única preocupación era no estar lo suficientemente delgada.
La cantante neozelandesa ha lanzado su primer álbum en cuatro años, ‘Virgin’, que ha llegado tras superar su obsesión con estar delgada, lidiar con la distorsión de su imagen corporal y en un momento en el que está explorando su identidad de género
En 2022, Lorde (Takapuna, Nueva Zelanda, 28 años) salió de gira para promocionar su álbum Solar Power y, gracias a los tratamientos de psicoterapia con MDMA y psilocibina, lo hizo con una sensación renovada de control: había superado el miedo escénico que padecía desde niña, lo que le permitió forjar nuevas conexiones con su música y sus fans. Frente al público, ella dominaba cada aspecto de sus actuaciones, pero, en privado, la artista, cuyo verdadero nombre es Ella Marija Lani Yelich-O’Connor, luchaba contra un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Se privaba de comida, contaba las calorías, controlaba su consumo de proteínas y se obsesionaba con su figura. Porque, su única preocupación era no estar lo suficientemente delgada.
Esta disonancia entre su recién descubierto poder en el escenario y sus problemas alimenticios le hicieron plantearse si realmente quería —y podía— seguir creando música. “Nunca me había sentido tan desconectada de mi creatividad”, ha declarado la artista a Jack Saunders en una entrevista con BBC de Radio 1 publicada el pasado martes 8 de julio. “Lo único que pensaba era en intentar pesar lo menos posible. Acostarme pensando en la comida y despertarme pensando en la comida y el ejercicio: esa era mi búsqueda creativa y hacía mucho tiempo que no se me ocurría una idea”. Unas declaraciones que son similares a las que dio en una conversación con Rolling Stonedel pasado 15 de mayo, donde al recordar un evento de prensa de Solar Power, afirmó: “Tenía muchísima hambre y estaba muy débil. Esa mañana salía en la tele y no comí porque quería que mi barriga se viera pequeña en el vestido. Fue como si me hubieran quitado la energía vital o algo así”.
Lorde detalló en su entrevista con Rolling Stone que su trastorno alimentario comenzó durante la pandemia y que continuó durante varios años. Aunque también especificó que nunca llegó al punto de que su entorno la viera visiblemente enferma. Acerca de la dicotomía de estar viviendo un muy buen momento profesional y, al mismo tiempo, estar lidiando con un TCA, la artista neozelandesa dijo al medio especializado: “No sé cómo pueden ser ciertas esas dos cosas. Que estoy viviendo esta increíble y enriquecedora experiencia de tocar en los conciertos y conocer a estos chicos, y [sin embargo] también veo las fotos después y siento una profunda repugnancia al ver mi hermosa y diminuta barriguita, pensando que fue imperdonable en lo que me había convertido”.
Después de su gira Solar Power y tras la ruptura con su pareja de toda la vida, el ejecutivo musical Justin Warren, en 2023, el TCA de Lorde continuó hasta el punto en el que se dio cuenta de que su obsesión por la delgadez controlaba su vida y que estaba obstaculizando su proceso creativo. “Hacía ahí iba todo”, afirmó en el programa de radio. “En ese momento pensé: ‘Tengo que dejar de hacer esto, porque está bloqueando todo mi talento artístico’. Una vez que eso desapareció, todo empezó a volver”. Es decir, cuando fue consciente de que se había autoimpuesto una misión para mantenerse delgada, pudo comenzar su recuperación.
Lo que siguió fue un período de recuperación que Lorde llamó “el lodo”: un proceso en el que se permitió sanar y encontrar otras vías de expresión, donde su creatividad regresó y que se materializó en su cuarto álbum, Virgin, que salió a la venta el pasado 27 de junio. “Fue difícil, daba miedo. Algunas canciones no son fáciles. Hice muchos cambios y realmente prioricé mi arte, lo convertí en mi trabajo a tiempo completo y logré superar muchos obstáculos”, afirma la cantante en la conversación radiofónica de Radio 1 sobre su disco más personal hasta la fecha. El mismo día del lanzamiento de Virgin, Lorde lo estrenó con un set sorpresa en el festival de Glastonbury. “Hacía años que no me subía sola a un escenario de esa manera”, comenta a Saunders. Y añadía que, después de su actuación, quedó “hecha polvo”.

Más allá de la alimentación y la imagen corporal, en Virgin Lorde aborda su relación con su madre, el final de un largo amor y la identidad de género. “Estos temas no son los más fáciles de encajar en una canción de tres minutos y medio. [Por ello], el desafío de las canciones pop es que no tienes para perder el tiempo: tienes que descartar todo, excepto los fragmentos más fuertes de una historia. Algunas canciones tuve que seguir reescribiéndolas para tener el valor de decirlo. Estás obligada a no usar relleno», explicaba en el programa de la BBC la cantante.
Durante el proceso de composición de su álbum, donde explora su identidad de género, Lorde afirma que se sintió “atrapada y apretada en este tipo de feminidad directa”. Su viaje, donde se planteó en que punto del espectro de género se sentía cómoda, comenzó en una sesión de fotos. “Simplemente, me di cuenta de que no puedo tener solo ropa de mujer en una sesión de fotos, necesito todo para poder elegir porque algunos días me sentiré muy ajustada y eso me hace sentir atrapada”. Continuaba así: “Lo mismo con mi maquillaje. Ahora les digo a las personas que lo traten como si fuera un producto de cuidado personal masculino: no lo exageren. Porque [si lo hacen] me pasa lo mismo: me quedo estancada y rígida y no puedo expresarme”.
Anteriormente, durante la gala del Met en Nueva York, celebrada el 5 de mayo, Lorde afirmó que su look para el evento, inspirado en un fajín o cinturón usado tradicionalmente por los hombres, era una pista de dónde se encontraba “en cuanto al género”. Y, si bien la artista aún no ha definido su identidad de género, sí que ha dicho que está explorándola y que “realmente han cambiado cosas”. “Me siento mucho más expansiva, mucho más grande y mi definición de lo que es bello es realmente diferente ahora. Creo que esto seguirá desarrollándose y estoy dispuesta a hacerlo”.
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