José Manuel Albares, en la exposición sobre las mujeres en México: «Ha habido dolor e injusticia hacia los pueblos originarios»

<p>El ministro de Asuntos Exteriores de España, <strong>José Manuel Albares</strong>, ha inaugurado la gran muestra de arte de mujeres indígenas mexicanas <i>La mitad del mundo. La mujer en el México</i> asegurando que ha habido <strong>»dolor e injusticia hacia los pueblos originarios» </strong>del país, algo que es parte de la «historia compartida» que no puede negarse ni olvidarse.</p>

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 El ministro de Asuntos Exteriores inaugura la muestra ‘La mitad del mundo’ repartida entre cuatro sedes de Madrid con 465 obras de las culturas originarias  

El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, ha inaugurado la gran muestra de arte de mujeres indígenas mexicanas La mitad del mundo. La mujer en el México asegurando que ha habido «dolor e injusticia hacia los pueblos originarios» del país, algo que es parte de la «historia compartida» que no puede negarse ni olvidarse.

«Como toda historia humana, tiene claroscuros. Ha habido dolor e injusticia hacia los pueblos originarios. Hubo injusticia, justo es reconocerlo y lamentarlo. Esa es parte de nuestra historia compartida, no podemos negarla ni olvidarla», ha apuntado Albares en un acto en el que ha participado Luis García Montero, director del Instituto Cervantes -una de las sedes que acoge esta gran muestra- o el embajador de México en España, Quirino Ordaz Coppel, entre otros.

Así se ha expresado el ministro después de que este lunes la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, afirmase que su Gobierno sigue esperando el perdón de España por el pasado colonial que formuló por carta su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, al rey Felipe VI y que provocó varios encontronazos entre los dos países.

La muestra La mitad del mundo. La mujer en el México indígena, que reúne 435 piezas cedidas por el Gobierno de Sheinbaum está dividida en cuatro sedes madrileñas: la Casa de México en España, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el Museo Arqueológico Nacional (MAN), y el Instituto Cervantes. Según ha explicado la comisaria, las piezas abarcan desde el año 1.400 a.C. -es el caso de algunas figuras de la cultura olmeca- hasta el siglo XXI -algunos de los textiles que se muestran en el Cervantes-. «Lo interesante es que tratamos de representar 30 siglos de los pueblos indígenas de México«, ha apuntado.

Romero ha explicado durante un recorrido con medios de comunicación por las distintas sedes que el objetivo es mostrar y reivindicar a las mujeres en las culturas indígenas mexicanas, ya que es la mujer la que lleva las tradiciones indígenas permitiendo su continuidad. Sin embargo, reconoce que no pretenden enseñarlo «todo», principalmente porque en la actualidad tampoco se conoce con seguridad cuántos pueblos indígenas llegó a haber en la zona durante la época prehispánica. «Ahora mismo hay 74 pueblos y 68 lenguas nacionales además del español», ha añadido.

«Quisimos encontrar aspectos en común entre estos universos vivos y las continuidades en la actualidad. Parte de lo que quisimos mostrar es los aspectos en común a través de la geografía y el tiempo. Algo que es importante saber es que las culturas indígenas de México no son culturas arqueológicas o algo del pasado: los pueblos indígenas actuales son los herederos. Ya no hacen pirámides pero el pensamiento ancestral y su sabiduría continúa. Poner en valor a los herederos de esta riqueza ancestral y sobretodo a las mujeres, valorar y reivindicarlas en todo este contexto social», ha zanjado.

Así, en la primera de las sedes, la Casa de México, las piezas que se exponen están relacionadas con el ámbito divino de las mujeres en las culturas maya, huasteca o mexica entre otras. En estas culturas las mujeres están vinculadas con el agua o con la noche y aspectos femeninos son representados continuamente en el arte, ya sea en figuras, en mosaicos o en textiles.

«El ámbito divino nos va a dar este planteamiento básico de la cosmovisión de los pueblos indígenas, que tienen culturas ancestrales que han continuado con algunos aspectos a hasta nuestros días», ha revelado la comisaria para después añadir que el cuerpo desnudo de las mujeres van «más allá del erotismo» y son símbolos de fertilidad.

En el Thyssen descansan las joyas que decoraron el cadáver de la señora Tz’aka’ab Ajaw, que recibe el nombre de «reina roja» porque fue enterrada en cinabrio, lo que tiñó sus restos. Se trata de un hallazgo reciente, de hace 20 años. En el Museo Arqueológico se han expuesto las piezas que hacen referencia al aspecto social de estas culturas y, finalmente, en el Cervantes se muestran las «historias tejidas», donde la actividad textil es protagonista.

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