Francisco Serrano, Premio Tusquets con una historia de revolución y empoderamiento

<p>»<strong>Francisco Serrano</strong> pertenece a una especie que creíamos extinguida: la del escritor con inventiva, capaz de seducir con la intriga, de sorprender con la creación de personajes inolvidables y de subyugar con atmósferas inquietantes», sostiene rotundo el escritor Antonio Orjeudo, presidente del jurado del <strong>XXI Premio Tusquets Editores de Novela, dotado con 18.000 euros</strong>, que ha ganado el susodicho Serrano (Guareña, Badajoz, 1982) con su novela <i>El corazón revolucionario del mundo</i>, <strong>hipnótico relato de las vicisitudes de una célula anticapitalista de los años 70</strong> y de cómo en ese ambiente una mujer trata de hacerse con las riendas de su vida.</p>

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 ‘El corazón revolucionario del mundo’ narra la historia de Valeria, una mujer integrante de una célula anticapitalista de los años 70 que empieza a plantearse quién es y su lugar en el mundo. «Hay algo en la condición humana que nos inclina hacia los rebeldes, pero la realidad es mucho más cruda que el mito»  

«Francisco Serrano pertenece a una especie que creíamos extinguida: la del escritor con inventiva, capaz de seducir con la intriga, de sorprender con la creación de personajes inolvidables y de subyugar con atmósferas inquietantes», sostiene rotundo el escritor Antonio Orjeudo, presidente del jurado del XXI Premio Tusquets Editores de Novela, dotado con 18.000 euros, que ha ganado el susodicho Serrano (Guareña, Badajoz, 1982) con su novela El corazón revolucionario del mundo, hipnótico relato de las vicisitudes de una célula anticapitalista de los años 70 y de cómo en ese ambiente una mujer trata de hacerse con las riendas de su vida.

Esa mujer es Valeria Letelier, que en el arranque de la novela se halla en un piso franco en Londres y está siendo cuidadosamente instruida por Joel, líder intelectual de una célula anticapitalista a la que pertenecen. Tras instalarse en una casa en Francia donde la protagonista, que se percibe a sí misma como una cosmonauta rusa vagando por la infinitud interestelar, completará su adiestramiento y se enfrentará a renuncias dolorosas, la semilla de la desconfianza arraigará en Valeria una vez que la célula pasa a la acción.

«Siempre he sentido una gran fascinación por los forajidos, por la tensión entre su romanticismo y la realidad, mucho más cruda, de la que se extrae el mito«, explica Serrano sobre el origen de su novela y su protagonista. «Uno siente siempre una afinidad o una simpatía natural por el ladrón de bancos, por el bandolero, por cualquier iteración del rebelde que se niega a vivir bajo las normas de un sistema opresivo. Hay algo en la condición humana que nos inclina hacia ello, aunque nuestras vidas, o precisamente por ello, sean mucho más convencionales y sosegadas», reflexiona.

Sin embargo, como demuestra El corazón revolucionario del mundo, que Tusquets publicará el próximo 8 de octubre, una vez desvanecido ese halo romántico que acompaña a todo idealismo, lo que queda es mucho más oscuro, mucho más turbio. «Esta es la historia de una fascinación que deja de ser cegadora y también una refutación del idealismo revolucionario«, condensa Orejudo. En esta línea, la escritora Bárbara Blasco, también miembro del jurado, apunta que la novela es «una historia de otro tiempo, de cuando creíamos que se podía cambiar el mundo, que hoy de pronto se vuelve actual», y la librera Eva Coscuella la define como «un deslumbrante viaje a lo más oscuro del corazón donde cada página es un mapa que explora el deseo, el miedo, la violencia y el poder en su estado más puro«.

En opinión de Serrano, que se inspiró para su libro -seleccionado entre otros 366 manuscritos- en las contradicciones del terrorismo de los años 70, en bandas como la Baader-Meinhof y en personajes como Carlos el Chacal -reconvertido en Carlos Reseda, un mercenario experto en armas y documentos falsos que inquietará a Valeria- «abordar este complejo y violento momento histórico me brinda la posibilidad de explorar temas como los mundos encerrados en sí mismos, herméticos, clandestinos, ya sea por extremismo político o sencilla y llana criminalidad, y los particulares estados mentales de autoengaño y radicalización que generan, no muy distintos a los de ciertas disciplinas esotéricas y sectas destructivas», abunda el escritor.

El escritor y ganador del XXI Premio Tusquets Francisco Serrano.
El escritor y ganador del XXI Premio Tusquets Francisco Serrano.Iván Giménez

En ese sentido, Corina Oproae, ganadora de la anterior edición del galardón, describe la escritura de Serrano como «verosímil, magnética y sorprendente. Te atrapa y te obliga a preguntarte qué es lo revolucionario«. ¿Y si la verdadera liberación es la de la propia Valeria, mujer fiel, entregada y brillante que decidirá en algún momento tomar las riendas? Así, además del fascinante contexto histórico la novela se centra con inusual magnetismo en la forma de situarse en el mundo de Valeria, a la vez que sugiere y juega con maestría con las elipsis para contar en paralelo un proceso de recuperación de la autoestima, de enamoramiento y de liberación.

«Me interesaba también explorar las relaciones que establecen entre sí personas en este ambiente extremo, envenenadas desde la misma raíz por la violencia, pero tan humanas como las de cualquiera. Porque esta es, al fin y al cabo, una historia de terroristas enamorados«, confiesa Serrano.

Autor de novelas como Perros del desierto (2012), Hajira (2018) y En la costa desaparecida (2020), Serrano asegura que recibir un galardón como el Tusquets «supone una inesperada validación para mí, que me considero un humilde escritor de terror y fantástico. Este camino literario que he emprendido, sin abandonar en ningún momento los géneros que me son más afines y que rara vez se consideran buena literatura, no es el más sencillo para recibir reconocimientos de tanto prestigio«, opina bromista.

Miembro de la asociación cultural HUL (Hostia Un Libro), que organiza el festival del mismo nombre sobre microedición y guantazos y codirector del pódcast Rancho Drácula sobre cultura popular, Serrano reconoce: «el premio me sorprendió tanto como me alegró, ambas cosas en gran medida. Verse en compañía de tantos escritores y escritoras excelentes es una fuente de satisfacción e insufla ánimos para seguir escribiendo con la misma determinación y propósito».

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