<p>En la agonía, España tembló. Lecciones de sangre que valdrán en el futuro pero que amenazan ruina en el presente. Pese a su bravura defensiva, pese al ejercicio de carácter del niño De Larrea y del líder Santi Aldama, la selección no fue capaz de culminar ante una Italia poderosísima físicamente y mucho más experta. Una derrota que duele, pero que, sobre todo, complica el camino en el Eurobasket. El jueves, si Bosnia derrota a Georgia, a los de Scariolo sólo les valdrá tumbar a la anfitriona Grecia después para estar en la fase final de Riga. <a href=»https://www.elmundo.es/deportes/baloncesto/eurobasket-masculino/italia-espana/2025/09/02/02_0207_20250902_7995_8000-directo.html»>[67-63: Narración y estadísticas] </a></p>
Dos errores de Willy en un mal final de la selección dan la victoria a Italia en un igualadísimo duelo en Limasol. España, obligada a ganar a Grecia el jueves
En la agonía, España tembló. Lecciones de sangre que valdrán en el futuro pero que amenazan ruina en el presente. Pese a su bravura defensiva, pese al ejercicio de carácter del niño De Larrea y del líder Santi Aldama, la selección no fue capaz de culminar ante una Italia poderosísima físicamente y mucho más experta. Una derrota que duele, pero que, sobre todo, complica el camino en el Eurobasket. El jueves, si Bosnia derrota a Georgia, a los de Scariolo sólo les valdrá tumbar a la anfitriona Grecia después para estar en la fase final de Riga. [67-63: Narración y estadísticas]
España para lo bueno y para lo malo, para alabar su desparpajo y hasta su baloncesto, capaz de dominar a un rival superior como Italia. También la España que no encuentra a los hermanos Hernangómez (un punto entre ambos), a la que se le cierra el aro en la segunda mitad (tres triples de 18 intentos) y la que tiembla en la recta de meta, en un final apretadísimo en el que una sucesión de errores acabó por condenarla: los fallos de Willy, la antideportiva de Joel Parra ya en la desesperación… Los tiros libres finales dieron un triunfo a los de Pozzeco que fue, sobre todo, un alivio.
La tarde en Limasol había traído malas noticias, la inesperada derrota griega, sin Antetokoumnpo, ante Bosnia. La que de repente complicaba una clasificación a octavos que parecía sellada. Así que la batalla contra Italia tornó en crucial para evitar una tarde de infarto el jueves que no será ya tranquila, salvo que Georgia un rato antes que España, venza.
Después, fue como si la presencia de Rudy Fernández en el Spyrou Kriprianou Arena hubiera inyectado en los jugadores de la selección que capitaneó hasta el pasado verano todo su espíritu guerrero y su sabiduría defensiva, España amaneció con un rigor asombroso. Hasta el punto de que Italia se tiró siete minutos y medio sin anotar, fallando sus 13 primeros lanzamientos, hasta que Saliou Niang, un portento, culminó una contra. Esa no la iba a errar.
El 13-0 fue un estupendo punto de partida. La selección achicaba espacios, taponaba (De Larrea, Aldama…) y desesperaba a los de Pozzeco. Y en ataque repetía la danza de pases y cortes que viene funcionando desde que se quitó de encima los nervios tras el sopapo contra Georgia. Los lanzamientos podían entrar o no, pero siempre llegaban desde una fugaz circulación. De Larrea atinó con dos, otro Aldama…
Pero también ese parcial escondía peligro: Italia iba a volver y España debía mostrar madurez para aguantar el envite. Lo hizo la azzurra con la energía de Niang y los puntos de Darius Thompson y al poco llegó hasta igualar (25-25), pese a dos triples seguidos de Josep Puerto. Juancho y Pradilla no tenían su noche. Se echaban de menos los puntos de Willy en la pintura, pero España no se resquebrajó. Volvieron Aldama y De Larrea y se fue al descanso con ventaja y con buenas sensaciones, especialmente en defensa (30 puntos el rival).
La estadística rezaba que España había ganado 20 de sus últimos 21 partidos en Eurobasket cuando se iba liderando a vestuarios. Pero lo de la segunda parte poco iba a tener que ver: Italia volvió decidida a embarrarlo todo. Elevó su agresividad hasta sobrepasar algún límite (Melli y Ricci no regalaban caricias), pero la selección mostró personalidad. Siguió a lo suyo, meneando el ataque y encontrando buenos lanzamientos, aunque esta vez no entraron. De Larrea, un chico de 19 años, era por momentos el amo de la pista y la ventaja, corta, se mantenía. Iba a ser un elemento inesperado, Mo Diouf, el que arrimara a Italia con sus puntos en la pintura sobre Pradilla.
El físico empezaba a decantar la balanza, a mellar en el plan de España. De Diouf a Niang -con un triple del madridista Procida en su debut en el torneo-, para que Italia, ahora sí, se pusiera por delante por primera vez justo antes del acto final (49-47). E hiciera temblar a una España a la que costaba anotar, sin rastro de los Hernangómez.
Con el agua al cuello fue Aldama el que se echó el equipo a la espalda, el liderazgo que se le reclama, la personalidad que él reivindica. Un triple del canario igualó (62-62), con menos ya de dos minutos por jugar. Pero en la ruleta de fallos, uno de Willy bajo el aro resultó flagrante. Spissu no erró después con sus tiros libres, ya el partido en la agonía. Y la último posesión española fue un desastre tras otro, el lanzamiento forzado de Willy, la falta desproporcionada de Parra…
Deportes