<p><i><strong>¡Eeeeo, eo, eo!</strong></i></p>
Hace medio siglo que el grupo de Freddie Mercury rompió todos los moldes de la música comercial con este single, tanto por su duración, como por su estructura y el propio vídeo musical
¡Eeeeo, eo, eo!
En casa siempre sonaba música todos los días, pero especialmente los fines de semana. Mi padre compró un equipo estéreo y le sacó provecho: a todas horas ponía música y, como éramos muchos, también era muy variado el género musical. Desde clásica hasta pasodobles; un director de orquesta francés llamado Frank Pourcel -del que incluso compraba sus discos en el extranjero, ya que por aquí no solían salir mucho-; música española, desde Los Relámpagos hasta Víctor Manuel; o instrumental de Los Indios Tabajara; discos de Los Beatles, Police y el mismo Kano que se hizo famoso con el Ítalo Disco.
Tenía una pequeña discoteca en casa que luego yo fui incrementando y tenía de todo: singles, álbumes y compact disc; los había raros, de colores, con defectos de fábrica, firmados por sus autores… y entre ellos había uno que destacaba por encima de todos.
Ese single fue diferente al resto en su más amplio significado: Bohemian Rhapsody, de Queen, de cuyo lanzamiento hoy se cumplen 50 años.
Para algunos llegó a ser incluso la mejor canción del siglo XX. Y si realmente fue la que más discos vendió en su época, también estoy convencido que si esta canción hubiese salido actualmente sería la más escuchada, vendida y compartida de todas.
Empecemos la historia de este disco. La idea ya la tenía en mente Freddie Mercury desde años atrás, y aprovechó que cambiaron de representante para crear lo que sería su cuarto LP. John Reid, que también era el representante artístico de Elton John, le pidió a la banda que solo se ocupase de crear el mejor álbum, y así lo hicieron. Se llamaría A night at the opera y tardaron 12 semanas solo para grabar Bohemian Rhapsody. El título ya era revelador de lo que incluye su contenido, ya que una de las acepciones de «rapsodia» es una obra musical formada por secciones temáticas independientes unidas libremente. Suele alternar partes lentas y dramáticas con otras rápidas y dinámicas, creando una envolvente única.
Y en cuanto a la palabra «bohemian», puede haber dos posibles significados. El primero por lo bohemio, asociado con un estilo de vida alternativo, libre y artístico, apartándose de las convenciones sociales. Y el segundo, a la ciudad checa de Bohemia, lugar donde vivía Fausto, el personaje de Goethe. Se convierte en una ópera moderna donde el alma del protagonista, como la de Fausto, se vende tras un crimen fatal. El diablo acecha entre acordes, y la sección operística es su juicio musical. Es la tragedia de un alma atrapada entre el remordimiento y la redención, cantada con furia y belleza.
La mayoría de la gente piensa que trata de la vida personal de Freddie Mercury, de cómo mató a su otro yo hetero y salió del armario, e incluso alguno de sus compañeros llegó a afirmar que hablaba sobre sus relaciones.
La producción en el estudio de grabación también tuvo sus más y sus menos. La parte de los coros la hicieron ellos mismos en varias pistas para crear el efecto multicoral que quería Freddie. Como tuvieron que grabar en tantas pistas de audio para lograr ese efecto, se dieron cuenta que no podían cantar en directo este tema y que sonara igual, por lo cual decidieron crear un vídeo con la producción de todas las pistas ya grabadas y usarlo en los conciertos.
El único que no quiso cantar en esos coros fue el bajista, John Deacon, aunque sí salió en el videoclip que, por cierto, se filmó en película de 35 mm y dio la idea al futuro creador de la MTV sobre lo efectivo que sería tener una televisión especializada en vídeos musicales.
Otro tema que incordiaba de cara a su acogida entre el público era su duración, 5:55. Y además era una canción sin estribillo, toda una locura para su época. El número 555 puede tener distintos significados según el contexto. En numerología, simboliza cambios profundos y libertad; en lo espiritual, es una señal de que es hora de soltar el pasado y abrirse a lo nuevo.
Pero su larga duración y la falta de estribillo tuvieron un aliado en el amigo de Freddie DJ Kenny Everett, que ayudó mucho en la emisora de radio donde trabajaba, pinchando la canción hasta en 14 ocasiones el mismo día. Eso desembocó, lógicamente, en que los oyentes empezaron a pedirla y a viralizarla.
Fue un éxito total y se mantuvo en el número 1 de las listas británicas muchas semanas. Casualmente, la canción que la destronó del podio de las listas de éxito europeas fue Mamma mia, del grupo sueco ABBA (entre madres estaba el asunto: Oh mamma mia / mamma mia / mamma mia let me go…). Luego la canción volvió al número 1 cuando Freddie Mercury falleció y también cuando se estrenó en 2018 la película Bohemian Rhapsody.
Decían que cuando a Freddie, estando en casa, le venía una idea a la mente, enseguida se ponía a anotarla. Si estaba tumbado en la cama, tenía como cabecero un piano y se ponía a tocar las notas levantando los brazos por encima de su cabeza. De hecho, en los vídeos, se ve a Freddie interpretando la canción al piano y cruzando las manos mientras toca, exactamente como debía de hacer cuando estaba en la cama.
Tuve la suerte de ir al concierto de Queen en Madrid el domingo 3 de agosto de 1986 en el campo del Rayo Vallecano y ahí tocaron esa canción, que era la mía y la de miles de espectadores. A la semana siguiente, tocaron en Knebworth Park, Inglaterra, donde se celebraría el último concierto de Queen con Freddie. Siempre se recordará el «¡Eeeeo, eo!», su grito de guerra en los escenarios, haciéndonos cómplices de sus actuaciones.
Conocí a la persona más especial de mi vida (y lo sigue siendo), escuchando esta canción. Ella era recepcionista telefónica y entre llamada y llamada se ponía vídeos de Youtube de fondo. Cuando la vi por primera vez, estaba viendo a Freddie y su Bohemian. Poco después le regalé toda la discografía de Queen. Gracias a ese regalo conseguí una gran «Victoria».
Hoy, 31 de octubre, hace 50 años salió a la venta Bohemian Rhapsody y, como dice el tema, el viento soplará llevándolo a todas partes y por muchos años, y pase lo que pase siempre será eterno.
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