Attaoui dispara la ilusión en las semifinales de los 800 metros: «Me he venido arriba»

<p>Esa sonrisilla, qué sonrisilla. Instantes después cerraría los puños y soltaría un grito, pero la exhibición de <strong>Mohamed Attaoui </strong>en las semifinales de los 800 metros del Mundial quedaba encapsulada en la sonrisilla que se le escapó al cruzar la meta. Menuda acababa de montar. ¿Qué hizo? Se clasificó para la final de este sábado (15.22 horas, Eurosport y Teledeporte) con el segundo mejor resultado (1:43.18, igualado con el primero, <strong>Cian McPhillips</strong>). ¡Pero cómo lo hizo! </p>

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 El español vence en su serie ante el campeón olímpico, Wanyonyi, y aspira al oro en la final del sábado  

Esa sonrisilla, qué sonrisilla. Instantes después cerraría los puños y soltaría un grito, pero la exhibición de Mohamed Attaoui en las semifinales de los 800 metros del Mundial quedaba encapsulada en la sonrisilla que se le escapó al cruzar la meta. Menuda acababa de montar. ¿Qué hizo? Se clasificó para la final de este sábado (15.22 horas, Eurosport y Teledeporte) con el segundo mejor resultado (1:43.18, igualado con el primero, Cian McPhillips). ¡Pero cómo lo hizo!

La suerte le colocó en la serie más complicada y la resolvió con el dominio de los elegidos, de último a primero, un ataque incontenible en los últimos 200 metros. A su lado hasta tres finalistas en los últimos Juegos Olímpicos de París: el keniano Emmanuel Wanyonyi, que se proclamó campeón, el estadounidense Bryce Hoppel, que fue cuarto, y el botsuano Tshepiso Masalela, séptimo entonces. Y todos acabaron a su estela, sorprendidos por su dominio.

JEWEL SAMADAFP

«Estaba muy nervioso otra vez, pero he estado tranquilo con mi táctica. Me he puesto atrás, he ido muy cómodo en los primeros 500 primeros y después he cambiado con todo. Miraba atrás para ver quien me seguía, pero ya me he venido arriba», comentaba Attaoui en la zona mixta del Estadio Olímpico de Tokio, donde pasaba apresurado para irse a cambiar. La lluvia marcó la jornada y todos los atletas reclamaban rapidez en las preguntas para poderse cambiar de ropa. «Ahora, a soñar con todo», finalizaba el español y «todo» sólo puede ser todo. En su segunda temporada en la élite, Attaoui llegaba el Mundial con el podio como objetivo, pero después de las semifinales aparece como quien le puede discutir el oro a Wanyonyi. El quinto puesto que consiguió en los Juegos ya no es suficiente.

Junto a él, también se clasificó para la final de los 5.000 Marta García, su compañera en los Alpes como parte del equipo de On Running y aunque su objetivo este sábado (14.29 horas) no deben ser las medallas, por qué fantasear.

Del resto de la jornada destacó la victoria de la estadounidense Sydney McLaughlin-Levrone en los 400 metros lisos con una marca para el recuerdo. La plusmarquista mundial de los 400 vallas ambicionaba el récord manchado de la alemana Marita Koch, que ya ha cumplido 40 años (47.60 segundos) y no lo pudo superar, pero se quedó muy cerca. McLaughlin se convirtió en la segunda mejor más rápida de la historia en la prueba (47.78) y prometió que pronto caerá la plusmarca del dopaje de estado. Si bajo la lluvia se quedó a 18 centésimas, en otras condiciones ocurrirá.

Una atleta prodigiosa es McLaughlin como lo es la venezolana Yulimar Rojas, aunque su regreso fue agridulce. «I’m back», se podía leer en sus zapatillas, de regreso después de un año de baja por culpa de una rotura del tendón de Aquiles. Como siempre, en sus piernas se veía la posibilidad de un salto de más de 15 metros, pero este no llegó. A casi un metro de su récord del mundo (marcó 14.76 metros), acabó tercera por detrás de la cubana Leyanis Pérez (14.94) y la dominiquesa Thea Lafond (14.89).

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