Vingegaard remata su triunfo en la Vuelta con una agónica victoria en solitario en la Bola del Mundo

<p>Se despojó de su conservadurismo a falta de poco más de un kilómetro para el cielo de Madrid, para el cohete de Tintín, el cénit de la icónica Bola del Mundo donde <strong>Jonas Vingegaard</strong> puso rúbrica a su triunfo en la Vuelta a España, la tercera grande de su palmarés después de sus dos Tours de Francia. Resistió y remató, un acelerón le fue suficiente en la agonía, y todas las ambiciones de <strong>Joao Almeida</strong> quedaron frustradas en el hormigón infernal donde los ciclistas avanzan entre malabares y esfuerzos imposibles. <a href=»https://www.elmundo.es/eventos/en-directo/2025/09/13/108042-en-directo-la-etapa-decisiva-de-la-vuelta-con-final-en-la-bola-del-mundo/»>[Narración y clasificaciones]</a></p>

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 El danés se corona en la penúltima etapa de una ronda marcada por los incidentes por las manifestaciones propalestias. Almeida, pese al trabajo del UAE, no pudo arrebatar el liderato.  

Se despojó de su conservadurismo a falta de poco más de un kilómetro para el cielo de Madrid, para el cohete de Tintín, el cénit de la icónica Bola del Mundo donde Jonas Vingegaard puso rúbrica a su triunfo en la Vuelta a España, la tercera grande de su palmarés después de sus dos Tours de Francia. Resistió y remató, un acelerón le fue suficiente en la agonía, y todas las ambiciones de Joao Almeida quedaron frustradas en el hormigón infernal donde los ciclistas avanzan entre malabares y esfuerzos imposibles. [Narración y clasificaciones]

Ni alzar los brazos pudo Jonas, tambaleándose en la meta del Alto de Guarramillas, donde aventajó en un puñado de segundos al resto de favoritos (1:16 fue su renta final en la general con Almeida). Ganó de rojo e hizo añicos maldiciones anteriores. Pese a no ser un Vingegaard pletórico, especialmente la última semana, y a alimentar las esperanzas de su rival Almeida, su experiencia táctica y su punch final le valieron para llevarse una Vuelta marcada para siempre por los incidentes extradeportivos, por las protestas propalestinas que tampoco desaparecieron este sábado y que al paso por Becerril de la Sierra estuvieron a punto de arruinarlo todo.

La pared de tres kilómetros de la Bola del Mundo coronó a un gran Vingegaaard, que se irá también con tres victorias de etapa de esta Vuelta. También sirvió para otra confirmación, la de Tom Pidcock en el tercer cajón del podio de Madrid. Resistió el británico los ataques de Jai Hindley con el que sólo perdió cinco segundos. Y para que el estadounidense Riccitello arrebatara el maillot blanco de los jóvenes a un Pellizzari que sufrió demasiado.

Después de 20 etapas, tres larguísimas semanas desde la salida en el Piamonte y mil incidentes extradeportivos, la 90ª edición de la Vuelta a España se plantaba en las rampas de su último puerto con todo por decidir. Como una novela que aguarda a su capítulo final para desvelar al asesino. Nada menos que Navacerrada, con el colofón de la Bola del Mundo, y todas las leyendas de ciclismo que guarda la Sierra de Guadarrama.

«O morimos o nos matan. Pero hemos visto debilidad en Vingegaard. Vamos a intentar meter presión. No nos conformamos», desafiaba Matxin en la previa. Y, por primera vez en toda la ronda, el UAE cambió su estrategia. Al fin todos a una. Nada de aventureros en la escapa. Siete triunfos de etapa son más que suficientes y el premio gordo era el éxito en la general de Almeida, derrotar de nuevo a Jonas, esta vez sin Pogacar. Así que, desde la misma salida de Robledo de Chavela, ni un respiro, con la ayuda del Bora de Hindley y su pugna por el podio. Una numerosa fuga que nunca gozó de más de dos minutos. Y, en la primera de las dos ascensiones a Navacerrada, por la vertiente segoviana de las Siete Revueltas, ya Juan Ayuso enfilando aún más al grupo de elegidos.

Al pie de los últimos 12,3 kilómetros competitivos de la Vuelta, Ciccone y el ambicioso Mikel Landa seguían con unos segundos por delante. Jay Vine, que el domingo será coronado rey de la montaña por segundo año consecutivo, hizo la selección final y la subida a la Bola del Mundo, preciosa, agónica, resolvió la Vuelta a España (sin españoles entre los 10 primeros por primera vez en la historia), el gran triunfo de un Vingegaard que ha hecho podio en siete de las ocho grandes que ha disputado en su carrera.

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