Tras la dama verde de Islandia

Islandia, la “Tierra de hielo y fuego”, como se la conoce popularmente, es un paraíso para amantes de la aventura. De sus 102.302 kilómetros cuadrados de extensión, el 19,5% pertenece a áreas protegidas (unas 128 concretamente). También hay áreas marinas: cuenta con 752.784 kilómetros cuadrados de los que el 0,38% están protegidos. Tres parques nacionales, 38 reservas naturales, 42 monumentos naturales, dos áreas de conservación y nueve áreas marinas protegidas son solo una parte de todo lo que el país puede ofrecer a los amantes de la naturaleza, sin perder nunca de vista el cielo: allí es donde tiene lugar uno de los espectáculos más mágicos del planeta, el de las auroras boreales.

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 Cazar auroras boreales es toda una aventura, y mucho más si se realiza en Islandia, uno de los países con más naturaleza del mundo  

Islandia, la “Tierra de hielo y fuego”, como se la conoce popularmente, es un paraíso para amantes de la aventura. De sus 102.302 kilómetros cuadrados de extensión, el 19,5% pertenece a áreas protegidas (unas 128 concretamente). También hay áreas marinas: cuenta con 752.784 kilómetros cuadrados de los que el 0,38% están protegidos. Tres parques nacionales, 38 reservas naturales, 42 monumentos naturales, dos áreas de conservación y nueve áreas marinas protegidas son solo una parte de todo lo que el país puede ofrecer a los amantes de la naturaleza, sin perder nunca de vista el cielo: allí es donde tiene lugar uno de los espectáculos más mágicos del planeta, el de las auroras boreales.

Este fenómeno natural, que tiene lugar, normalmente, durante el invierno islandés, es toda una experiencia para los sentidos. Cientos de personas viajan cada año hasta Islandia para no perderse este esperado momento donde el cielo parece arder en minúsculas partículas. Este viaje, sin duda, puede ser mucho más especial si cuentas con la experiencia de un guía que te acompañe y te muestre los mejores lugares para la observación.

En ese sentido, nadie como Sebastián Álvaro, uno de los periodistas de viajes más reputados del país, capaz de acometer y filmar las aventuras más arriesgadas, desde la ascensión de las 14 cumbres hasta las travesías al Polo Norte y al Polo Sur. Este viaje a Islandia de EL PAÍS Viajes se emprenderá el próximo 28 de noviembre y durará hasta el 6 de diciembre. Durante la aventura se visitarán no solo las principales localizaciones para ver auroras boreales, sino también volcanes y glaciares en el sur de Islandia, así como la encantadora península de Snæfellsnes, en el oeste del país. Conocida como “Islandia en pocas palabras”, Snæfellsnes contiene ejemplos de todo tipo de paisajes en una sola zona increíble.

Este recorrido ofrece grandes oportunidades para tomar fotografías memorables de famosas maravillas como el monte Kirkjufell, el parque nacional Snæfellsjökull, Geysir y la cascada Skógafoss. Pero no cabe duda de que, a estas latitudes en una isla a caballo entre dos continentes, el incentivo fundamental es mirar hacia el cielo esperanzados en que el viento solar insufle todo su poder sobre la tierra y, así, la esquiva Dama Verde se presente en todo su esplendor.

Una pareja observa las auroras boreales en Reykjavik, Islandia.

Qué son las auroras boreales y por qué se producen

¿Sabías que fue Galileo Galilei quien las bautizó como auroras boreales ya en 1619? Ese nombre le viene dado de la mitología griega, de la diosa del amanecer, Aurora, y de Bóreas, una palabra griega que viene a designar el viento del norte. Este fenómeno natural se produce cuando las partículas del viento solar interactúan con el campo magnético terrestre. Esto excita las partículas, que liberan energía, causando peculiares rayas luminosas verdes y moradas en el cielo. Algunos dicen que su color más fuerte y su aparición cada vez más habitual también se debe al cambio climático y al aumento de temperaturas, aunque esto, de momento, no está probado.

“Las luces del norte” (Northern lights), como se las conoce en Islandia, tienen lugar sobre todo durante el frío invierno, pero pueden producirse entre septiembre y abril. Y, como sabemos, no solo se pueden ver en Islandia, sino también en países como Noruega, Finlandia, Groenlandia o Alaska. En las noches de invierno, con cielos claros, es cuando suelen organizarse las excursiones al aire libre para verlas, o en las típicas cabañas acristaladas islandesas. La caza de auroras boreales se produce durante la noche, y no hay nada asegurado, pero lo que está claro es que para verlas hay que dirigirse a las zonas menos habitadas, donde hay menos contaminación lumínica.

“Se dice que la aurora boreal es más activa alrededor de los equinoccios de septiembre y marzo, pero las probabilidades también mejoran a mediados del invierno al traer más oscuridad; simplemente te da más tiempo cada día para observarlas”, subrayan desde la página oficial de turismo de Islandia.

La magia de las auroras boreales en Islandia.

Cómo ver auroras boreales en Islandia

Como sugerimos, necesitarás noches bien despejadas para poder disfrutar de este espectáculo en el cielo, es mucho mejor el norte que el sur del país para seguirles la pista. Y siempre hay que estar al tanto de las condiciones meteorológicas, puedes seguirlas de cerca en la Oficina Meteorológica de Islandia y en el Auroraforecast.is.

Además, hay que tener en cuenta las condiciones de viento solar, que no sea superior a lo normal. Aunque es verdad que es más común verlas a medianoche, a veces se pueden ver durante el día o pasada la medianoche.

Una vez ya hemos llegado al lugar donde vamos a presenciar el espectáculo, hay que disfrutar. En los primeros minutos la aurora boreal será de color verde, podremos ver arcos en el cielo. Si ves el arco verde, probablemente te espera un espectáculo, ya que las luces suelen empezar a bailar. Este es el color más frecuente, también es posible verlas de color rojo, púrpura, rosa y azul, estas últimas las más raras de ver. El nitrógeno y el oxígeno son los responsables de esos colores, y lo mejor de todo, no hay ninguna aurora boreal igual a otra, por lo que son aún más especiales.

La actividad de las auroras boreales puede durar desde minutos a horas, todo dependerá de las condiciones climatológicas, y pueden aparecer cada dos noches. Es decir, que si viajas al país una semana, seguramente tengas más posibilidades.

¿Puedes hacerles fotos? Por supuesto que sí. Pero recuerda que, si vas a fotografiarlas, tendrás que tener en cuenta varias cuestiones. La primera es que se necesita un buen equipo para capturarlas bien: un trípode resistente es esencial para mantener la cámara estable, y un disparador con cable puede ayudar a evitar fotos movidas. Si no dispones de él simplemente configura el temporizador de tu cámara con un retardo de 2 a 10 segundos. Si tu cámara tiene opciones manuales, prueba estos puntos de partida: ISO entre 800 y 3200, apertura entre f/2.8 y f/5.6, y velocidad de obturación entre 15 y 30 segundos.

La otra opción es intentarlo con tu teléfono móvil. Hoy en día los hay tan avanzados que permiten hacer fotografías increíbles de las auroras boreales. Un pequeño consejo de la Oficina de Turismo de Islandia: mantén una apertura de 1.2 y abrígate bien, eso siempre.

Una espectacular aurora boreal sobre el faro de Grótta.

Dónde ver las auroras boreales en Islandia: mejores lugares

Ya sabemos dónde y cuándo se producen las auroras boreales, ahora toca seguirles el rastro por el país. Islandia cuenta con espacios naturales preciosos y no hace falta alejarse demasiado de la capital, Reikiavik, para cazar auroras boreales.

Una localización posible es el paseo costero de Grótta, a una hora de la capital. Su aparcamiento con vistas a un faro es un lugar perfecto para ver auroras boreales. También lo es la reserva natural de Heiðmörk, es un lugar familiar y de fácil acceso (se puede llegar en transporte público). La colina de Askjuhlíð es un excelente mirador.

Toma nota: el lago Kleifarvatn y las montañas Bláfjöll son también buenas localizaciones. Y, cómo no, el famoso Círculo Dorado de Islandia es también un lugar ideal. ¿Qué es? Pues bien, es la ruta panorámica más vista del país. Es un recorrido circular pensado de forma turística, que se realiza en vehículo porque cuenta con 250 kilómetros, que recoge algunos de los lugares más bellos y representativos del país. De manera que, si dispones de poco tiempo, puede ser una buena forma de visitar Islandia. Entre sus paradas se encuentran el parque nacional Þingvellir (o Thingvellir), declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco desde 2004, el lago natural más grande de Islandia, Þingvallavatn, y la cascada Öxaráfoss.

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