<p>Desde que anunció su noveno disco, <strong>Miley Cyrus</strong> ya advirtió de que todo estaría impregnado por la belleza. Está ya en el título, <i><strong>Something Beautiful</strong></i>; en el que fue el primer adelanto, <i><strong>Prelude</strong></i>, una pieza entre lo sinfónico y lo electrónico sobre la que se impone la voz rasgada de la cantante como narradora diciendo «la belleza que uno encuentra solo es una oración que anhela ser compartida»; y también en sus manifestaciones públicas: «<strong>Los momentos más desagradables de nuestra vida tienen un punto de belleza</strong>. Son la sombra, el carbón, el sombreado. No se puede tener una pintura sin luces y contrastes», aseguraba en la entrevista que fue portada del número del pasado diciembre de <i>Harper’s Bazaar</i>.</p>
La elección de Thierry Mugler como centro del diseño de su nuevo disco, ‘Something Beautiful’, tiene un importante mensaje en la industria musical
Desde que anunció su noveno disco, Miley Cyrus ya advirtió de que todo estaría impregnado por la belleza. Está ya en el título, Something Beautiful; en el que fue el primer adelanto, Prelude, una pieza entre lo sinfónico y lo electrónico sobre la que se impone la voz rasgada de la cantante como narradora diciendo «la belleza que uno encuentra solo es una oración que anhela ser compartida»; y también en sus manifestaciones públicas: «Los momentos más desagradables de nuestra vida tienen un punto de belleza. Son la sombra, el carbón, el sombreado. No se puede tener una pintura sin luces y contrastes», aseguraba en la entrevista que fue portada del número del pasado diciembre de Harper’s Bazaar.
Sobre esa belleza está edificando Miley Cyrus un concepto de diva que ha reventado la idea de la estrella juvenil con la que nació públicamente. No está lo naif de Hannah Montana y aún menos la pulsión adolescentemente punk que la acompañó cuando rompió con ese personaje. Hoy sus aspiraciones son convertirse en una estrella extemporánea y, al mismo tiempo, anclada al presente. Como afirmó su peluquero, Bob Recine, que ya había formado parte del círculo íntimo de Andy Warhol, estamos ante «un camaleón». Uno que ahora quiere elevarse al púlpito del pop con Beyoncé o Lady Gaga.
Y ahí hay un nombre importante: Thierry Mugler. Para Something Beautiful, que saldrá como disco el 30 de mayo e irá acompañado por una película musical el 6 de junio, la cantante ha recibido el mayor préstamo del archivo del diseñador francés que una sola persona haya tenido nunca, según reveló en una entrevista en Vogue su estilista, Bradley Kenneth. Porque, aunque cuenta con 13 temas originales, el noveno disco de la artista se ha diseñado desde una concepción puramente visual, tal y como ella se ha encargado de repetir.
En la misma portada, Cyrus viste un look de la colección Les Insects que Thierry Mugler presentó en la primavera de 1997, inspirado en el brillo que tiene el rocío sobre una tela de araña. En su proyecto son varias las piezas que pertenecen a otra colección del diseñador francés, la de otoño de 1998, y la propia cantante ha reconocido su fascinación por el desfile de 1995 de alta costura en el que el francés presentó 300 looks con estrellas como Kate Moss, Naomi Campbell, Tippi Hedren, Patty Hearst, Jerry Hall o Claudia Schiffer.
La elección de Mugler tiene un importante mensaje, además, en la industria musical. El francés fue el encargado de diseñar buena parte del vestuario que Beyoncé lució en su gira I am… tour de los años 2009 y 2010. Fueron 72 las piezas que creó para esa gira y su papel también era el de asesor creativo: participó en el diseño de todo el show. En el inicio de aquella gira, la texana aparecía enfundada en una armadura dorada, muy similar a la que Zendaya vistió en la première de Dune: parte 2 y que era, cómo no, obra de Mugler.
Lady Gaga es la otra gran diva del pop vinculada a la firma del diseñador francés y a la armadura dorada. La que viste en el vídeo de Paparazzi es de Mugler y los diseños de Telephone, su colaboración con Beyoncé, también lo son. Además, Nicola Formichetti, el creador de la estética de la artista -también del famoso vestido de carne cruda de los MTV Video Music Awards de 2010-, fue dos años director creativo de la firma, entre 2011 y 2013. En su debut en París, en marzo de 2011, la estrella de aquel desfile fue la californiana desfilando al ritmo de Govermment Hooker y Born This Way y encaramada en unas plataformas infinitas.
Ese trío es el que quiere completar Miley Cyrus, aferrada a Mugler y con referencias de todo tipo. Porque más allá del estilismo, la cantante incluirá enSomething Beautiful la estética y el sonido setenteros a los que se ha adherido en los últimos tiempos o ecos de la película surrealista Pink Floyd: The Wall de 1982.
Y, en el centro de todo, como un ser omnipresente, la belleza.
Cultura
