José Antonio Jáuregui: el antropólogo de la tele que alertó del eterno instinto tribal

<p>Una fotografía del antropólogo navarro <strong>José Antonio Jáuregui </strong>(1941-2005), vestido de smoking en lo que parece el salón de una embajada, está en la página 186 de la nueva edición de <i>Las reglas del juego</i> (publicadop or Funambulista). Bajo la fotografía se lee un entrecomillado: «Entre los tipos o caracteres específicamente tribales podemos nombra<strong>r al héroe, al desertor, al traidor, al castizo, al hincha, al patriota, al extranjerizado, al emigrante y al exiliado</strong>». Frases así se escuchaban en la televisión de 1977. <i>Las reglas del juego </i>fueron un programa que emitió TVE antes que un libro y Jáuregui fue un Attenborough de la Transición española, según lo define <strong>Sergio del Molino </strong>en el epílogo a la nueva edición. Pero no sólo fue eso.</p>

Seguir leyendo

 ‘Las reglas del juego’, el libro central del pensador, regresa a las librerías españolas para recordar en el siglo XXI el sentido del nosotros y sus peligros  

Una fotografía del antropólogo navarro José Antonio Jáuregui (1941-2005), vestido de smoking en lo que parece el salón de una embajada, está en la página 186 de la nueva edición de Las reglas del juego (publicadop or Funambulista). Bajo la fotografía se lee un entrecomillado: «Entre los tipos o caracteres específicamente tribales podemos nombrar al héroe, al desertor, al traidor, al castizo, al hincha, al patriota, al extranjerizado, al emigrante y al exiliado». Frases así se escuchaban en la televisión de 1977. Las reglas del juego fueron un programa que emitió TVE antes que un libro y Jáuregui fue un Attenborough de la Transición española, según lo define Sergio del Molino en el epílogo a la nueva edición. Pero no sólo fue eso.

¿Qué es Las reglas del juego? La obra-manifiesto y el núcleo ético de un pensador poco convencional: «En realidad, nuestro padre estudió Filosofía y Teología, no Antropología. Su plan era ser misionero y se ordenó sacerdote», explican sus hijos Pablo (periodista) y Eduardo (psicólogo social).«Estudiaba en la Universidad Gregoriana de Roma y alguien, en una clase, le dijo que lo que aprendían allí no era Filosofía sino una filosofía, una entre varias. Le habló de cosmogonías diferentes y cosas así y se sintió fascinado. Preguntó dónde podía estudiar eso y le dijo que fuese a Óxford y preguntase por el departamento de Antropología. Fue a Óxford y solicitó plaza, pero no hablaba inglés. Le rechazaron. Consiguió que alguien le atendiera y, mezclando latín y francés, se convirtió en discípulo de Edward Evans-Pritchard».

¿O sea que la Antropología fue una manera de ampliar la Filosofía para Jáuregui? «Exacto», responden sus hijos. «Sus raíces intelectuales estaban en la Filosofía y su interés final, la gran pregunta que se hizo fue ¿qué es el ser humano? ¿Qué lo distingue del resto de especies? Pero Jáuregui nunca respetó las fronteras entre disciplinas. Picoteó en la Psicología, en la Biología… Tenía una curiosidad voraz. Se preguntaba por qué los antropólogos sólo estudiaban a las pequeñas sociedades lejanas. Eso era lo cómodo. ¿Por qué no hacer etnografía de Donald Trump y las supertribus con sus jefes?».

El antropólogo José Antonio Jáuregui (1941-2005), autor de 'Las reglas del juego'.
El antropólogo José Antonio Jáuregui (1941-2005), autor de ‘Las reglas del juego’.JULIÁNJAÉN

¿Qué es el ser humano? ¿Qué lo distingue del resto de especies? De eso trata Las reglas del juego. La respuesta tiene que ver con el sentido del yo y del nosotros que se necesitan mutuamente pero que tienden siempre al conflicto: «Las reglas del juego fue su primer libro, el que lanzó la idea del homo tribalis. La tribu no era un asunto de gentes primitivas, como se pensaba entonces. La dimensión tribal está en la naturaleza humana y también existe en grupos de millones de personas que han forjado una identidad común. El sentimiento tribal es consustacial a la naturaleza humana, vaya el hombre de traje o desnudo. El tiempo le ha dado la razón: Trump, Gaza, Ucrania…El animal tribal no es un atavismo, está vivo».

Jáuregui fue un divulgador nato, un profesor locuaz y un escritor ingenioso y bromista. Sin embargo, el gran tema al que se enfrentó era grave.¿Había un sentido de fatalidad debajo de esa imagen de genio loco y chistoso? «Era optimista pero no era ingenuo», responden sus hijos.«Le gustaba el concepto de utopía pero como dirección. Creía que lo tribal podía ser una energía social positiva pero sabía que podía ser el camino de la autodestrucción». Y algo más: la religión. Según sus hijos, su vocación misionera no se perdió, sólo se transformó.«En el fondo, nuestro padre escribía sobre la fraternidad de los hombres».

 Cultura

Te puede interesar